España era un país
predispuesto a la compra. Siempre se ha pensado que alquilar es “tirar el
dinero”. Por eso, la mayoría ha preferido invertir los ahorros en adquirir una
vivienda, sobre todo, si no había mucha diferencia entre hipoteca y renta
mensual.
Para muchos, tener una vivienda en propiedad era tener seguridad frente a una situación de problemas y una forma de afianzar el futuro de los hijos.
Pero con la llegada de la crisis y el estallido de
la burbuja inmobiliaria, parece que el alquiler empieza a ser una
alternativa a la hipoteca.
El alquiler se ha visto favorecido por la precariedad laboral y económica, la dificultad
de acceso al crédito y la sensación generalizada de que los
pisos seguirán bajando, han hecho que sean muchos los que se decanten por el
alquiler, aunque también afirman que, si pudiesen, comprarían.
Actualmente se piensa que alquilar ya no es tirar el
dinero, sino que es una opción ideal para aquellos que, por motivos de trabajo o familiares, necesiten un cambio de vivienda. Muchas personas con vivienda en propiedad han tenido que terminar alquilándola precisamente por estos motivos.
Por lo tanto, a la hora de comprar o alquilar tenemos que tener en cuenta estos factores:
La elección entre una vivienda de compra o alquiler puede
afectar mucho a la economía. Debemos considerar:
–
Dónde se quiere vivir.
– Por cuánto tiempo se quiere residir en esa zona.
– Cuáles son las necesidades personales.
– Cuánto se puede invertir en el pago de la vivienda.
– Qué uso se le quiere dar a la vivienda.
El alquiler es una buena opción, sobre todo a corto y
medio plazo, ya que no requiere apenas inversión inicial. Sin embargo, los
expertos señalan la compra como la mejor elección a largo plazo, ya
que al final terminan por amortizarse los gastos iniciales.
Está claro que no existe una verdad universal. Saber si lo
mejor es comprar o alquilar requiere analizar muchos factores pero, de manera
general, ¿cuáles son las principales ventajas e inconvenientes de ambas
opciones?
Ventajas e inconvenientes de la compra
El
precio de la vivienda ha caído desde 2007 y han bajado los tipos de interés. Todo esto hace que, en ocasiones, resulte más barato vivir en propiedad que de
alquiler.
La vivienda es un bien que se revaloriza con el
tiempo y, en momentos de apuros económicos, si ya está pagada,
puede ser fuente de dinero y una importante medida de ahorro.
Por
último, disponer de una vivienda en propiedad permite decorarla y reformarla al
gusto de cada uno, lo cual puede ayudar, también, a incrementar el valor de la vivienda.
Como
inconvenientes, además de los graves problemas que suponen el impago de la
hipoteca, hay que destacar el gran desembolso inicial que conlleva la compra, sin contar las molestias que
significar realizar estos trámites.
Otra de las desventajas es tener que pagar
las tasas municipales y los gastos que genera.
Ventajas
e inconvenientes del alquiler
Entre
las ventajas del alquiler destaca el hecho de no tener que hacer una gran
inversión: con tan sólo pagar la fianza y el primer mes suele ser suficiente.
Además, las tasas, comunidad y el mantenimiento suele correr a cargo del
propietario.
Otra ventaja del alquiler relacionada con los aspectos económicos es aquella que tiene que ver con la renegociación del precio del alquiler. Siempre será más fácil renegociar el precio de alquiler con el casero, que volver a negociar la hipoteca con el banco.
Por otra parte, el papeleo y las gestiones a realizar son mínimos
y, ante cualquier problema o cambio en las necesidades, siempre se puede dar de
baja el contrato con sólo avisar con un mes de antelación por norma general.
El
alquiler, además, también comporta beneficios fiscales, tanto a inquilino como a propietario. El arrendador tiene derecho
a recibir deducciones sobre impuestos y tasas como el IBI, los gastos derivados
del arrendamiento, los destinados al mantenimiento o reparación de la vivienda, los seguros,... El arrendatario
se puede deducir el alquiler por vivienda habitual, aunque el porcentaje
dependerá de la base imposible a aplicar al contribuyente, y las reformas realizadas por él.
Los inconvenientes, el propietario puede recuperar
la vivienda avisando con 2 meses de antelación o una vez finalizadas las prórrogas, el propietario del piso puede optar por no volver a alquilar la vivienda y obligarnos a abandonarla aunque no queremos en ese momento mudarnos. Como inquilino, te pueden
desahuciar si no se paga la renta antes de los 10 días desde que el propietario
interpone la denuncia por impago.
Cuando optamos por el alquiler deberemos asumir que la vivienda nunca llegará a ser nuestra (salvo que optemos por un alquiler con opción a compra).
Por último, los inquilinos deberán consultar
cualquier cambio que quieran realizar en la vivienda, a riesgo de quedarse sin
la fianza, en algunas ocasiones los inquilinos invierten dinero en mejoras del piso, un dinero que se puede perder cuando se abandona la vivienda
¿El
futuro es el alquiler?
El alquiler esta creciendo mucho en los últimos años, en parte gracias a la
movilidad laboral, lo cierto es que con la bajada de los precios de los pisos,
las rebajas en los tipos de interés y la ligera apertura del crédito
por parte de los bancos, son muchos los que seguirán optando por la compra de
vivienda.
¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de comprar o
alquilar una vivienda? En cuanto a las ventajas de comprar una vivienda,
debemos de tener en cuenta que esta es un bien que se revaloriza con el
tiempo y en un determinado momento puede servirnos para hacer frente a
apuros económicos, para financiar nuestra jubilación o para dejar un bien en
herencia de gran valor a nuestros allegados.
También debemos tener en cuenta la ventaja del
alquiler relacionada con la movilidad, especialmente con la movilidad
laboral. Una casa en propiedad permite menos libertad a sus propietarios. Sin
embargo, si vivimos de alquiler podemos mudarnos rápidamente y sin dificultades.
Esto mismo ocurre en el caso de que no hayamos tomado una buena decisión a la
hora de elegir un hogar o nuestras necesidades de presupuesto, espacio o zona
cambien con el paso del tiempo.
En conclusión, si se consideraran todos estos factores, es posible que entre las cuotas de la hipoteca y alquiler al final no hubiera tanta diferencia.
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